Miércoles, 17 Diciembre 2014 18:20

La boda de Xavier y Teresa (I)

Escribir sobre la boda de Xavier y Teresa sin ser objetiva, confieso que me va resultar difícil, pero lo intentaré… ¡Lo prometo!

Días previos a la boda… Bueno, ¿qué contar? Ya me ha ocurrido en otras bodas como wedding planner esa experiencia de compartir las últimas semanas con los novios, pero esta vez era diferente: iba a vivir con ellos sus últimos días de solteros en su propia casa… ¡cuatro días! Conviviendo, durmiendo, comiendo, etc. Como conexión con Samantha la idea me parecía fantástica y me hacía muy feliz compartir esos días previos a la boda, así que nos cogimos un AVE Málaga/Madrid y allí estábamos a las 8:30 horas en Atocha. Acababa de amanecer en Madrid, y el día iba a ser intenso.

Cuando llegué a casa de Tere, ella como siempre me recibió con una sonrisa de oreja a oreja, lo primero que le dije: “Tere, un café doble, por favor, mientras repasamos la agenda de estos días” (Yo sin café no soy nadie…).

Lo primero era comprar unas cosillas de última hora y ¡Tachán! penúltima prueba de traje de novia ¡Oh my God! Prefiero ver a las novias en directo el día de la boda, pero bueno, este iba a ser un caso excepcional, así que estábamos casi puntuales en el taller atelier de Laura Monge, es Madrid y se perdona llegar tarde los 15 minutillos de cortesía.

¿Qué os cuento cuando la vi? Impresión: ¡Tal y como me la imaginaba! ¡Puro estado Tere! Guapa, sencilla, diferente… Hablar de Tere es muy fácil: tan sólo hay mirar la sonrisa que tiene ;) Ella en sí misma es una mujer 10, por fuera pero, sobre todo, por dentro… (He dicho que iba a intentar ser objetiva, ojo que lo estoy intentado). Mi opinión, el vestido de novia lo llevaba ella y no el vestido a ella.

La tarde iba a transcurrir repasando los protocolos y otros detalles que nos faltaban por terminar.  Por la noche, por fin vi al novio, con el permiso de Tere, “mi Xavi”, ese Xavi que lo vi visiblemente más delgado y algo nervioso, me extrañó, porque conozco a Xavi desde hace muchísimos años y, si algo le caracteriza, es la calma y la serenidad.

Jueves: ¡Ay, Dios! El cielo de Madrid da lluvias para el sábado a las 21:00horas y además la puerta de la Iglesia está en obras… ¡Pufff! Mi misión era decirles a los novios que no iba a llover y que las obras estarían terminadas, ni que decir que fuimos hablar con los obreros.

Viernes: el cielo de Madrid seguía dando agua y yo diciendo que no iba a llover… Los nervios se notaban, inquietos en casa, tanto que consiguieron ponerme a mí nerviosa, yo que no me había puesto nerviosa hasta ahora en ninguna boda de las que había realizado ¡Xavi y Tere lo consiguieron! ¡Gracias, chicos! Jajaja.

Por la mañana fuimos a la última prueba del vestido, mis palabras eran: ¡Tere, estás sensacional! Ella, tímida: “¿Sí?, ¿tú crees?” Por supuesto que lo creía y lo afirmaba, a la mañana siguiente todo el mundo pensaría igual que yo…

Por la tarde fuimos al hotel donde se iba a celebrar la cena y tenía la suerte de conocer bastante bien el hotel, pues había trabajado ahí durante años y, es más, uno de los exámenes del Master de Protocolo lo había hecho allí,  así que estaba segura de que todo iba ir sobre ruedas. 

Viernes noche: ¡Chicos, vamos a relajarnos tomándonos unas cañitas y unos vinitos a la Caleta, que la noche de Madrid siempre promete! ;)  

Y hasta aquí os contamos, la próxima semana, más y mejor. 

 Última prueba del vestido de novia

 Protocolo y timming

 Bolsitas de arroz

Misales

 Sitting personalizado

 

 Últimos detalles

 Bengalas para el baile

 Detalles personalizados para las invitadas

 Mesa de juego para los más peques

 

Ramo de novia